Existen multitud de especies de árboles frutales en España, ya sea especies cultivadas o silvestres. Pueden encontrarse en bosques, fincas o en terrenos dedicados al cultivo pero lo cierto es que los últimos años se han comenzado a utilizar árboles frutales decorativos en las ciudades: son los llamados árboles frutales ornamentales.
Los árboles frutales, por normal general, tienen unos coloridos muy vivos y alegres y por eso es habitual que los encontremos en parques o jardines privados. Además, los árboles frutales ornamentales suelen ser árboles frondosos que ofrecen sombra así que cumplen una doble función: belleza y utilidad para la sombra.
Para plantar un árbol frutal, ya sea a nivel de cultivo o a nivel ornamental, necesitas una zona en la que el árbol pueda recibir luz solar constante o en la mayor medida posible. Otra condición necesaria es un suelo que no sea excesivamente húmedo y con un drenaje adecuado.
Por otro lado, a la hora de plantar árboles frutales ornamentales en las aceras de las ciudades se debe tener en cuenta el crecimiento del árbol, es decir, la altura y el espacio que necesitará cuando continúe su crecimiento. Por ejemplo, si siembras varios árboles frutales en un mismo espacio deberás dejar al menos 1 metro o un metro y medio de distancia entre ellos en el caso de que sean de la misma especie. Si se trata de especies diferentes probablemente tengas que dejar más espacio entre ellos.
Ejemplo de árboles frutales ornamentales
Algunos árboles frutales ornamentales populares son el limonero o naranjo que suelen verse por ciudades de la zona del levante o por la Comunidad Autónoma de Andalucía.
El manzano también es un árbol frutal ornamental muy presente en climas fríos y el melocotonero, ciruelo, membrillero o mandarino también son especies de árboles frutales muy característicos de las calles españolas.