El melocotonero es originario de China y pertenece a la especie denominada Prucus persica. Se trata de un árbol frutal de hoja caduca con mucha resistencia al frío pero es típico de climas templados y abunda en lugares de todo el Hemisferio Norte. Puede aguantar hasta -20ºC así que es apto para cualquier región española si solo tenemos en cuenta la temperatura ideal del melocotonero.
Como la mayoría de árboles frutales, el melocotonero es un árbol que necesita mucha luz pero cabe mencionar que la excesiva radiación solar sobre las ramas y el tronco pueden llegar a dañarlo. De ahí que la poda sea muy importante en este árbol.
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Descripción
El melocotonero es un árbol pequeño de hoja caduca que puede llegar a medir 6-8 metros de altura. En algunos lugares de Sudamérica se denomina a este árbol “duraznero” y su fruto es el “durazno”.
Se recomienda su plantación a inicios del invierno.
Flores y fruto
Las hojas caducas del melocotonero son de un color verde brillante y tienen una forma ligeramente alargada con un borde aserrado.
Respecto a las flores del melocotonero, son bastante solitarias o como mucho aparecen por parejas y son de un color rosa o rojizo ideal para decorar jardines.
El fruto de este árbol es el melocotón, durazno (Sudamérica) o presco (Aragón) y es considerado una drupa, al igual que sucede con las cerezas o las ciruelas. Se trata de una fruta de gran tamaño caracterizada por tener una piel aterciopelada y una única semilla dentro de una cáscara que conforma lo que conocemos como “hueso”. También existe una variedad sin piel aterciopelada que se denomina nectarina, pavía o pelón y otra variedad de forma achatada denominada en España como paraguaya o paraguayo.
Existen muchas variedades de melocotón pero, por norma general, se suelen clasificar en los que tienen la carne fácilmente separable del hueso (prescos) y los que la tienen bien adherida y resulta casi imposible de despegar (pavía).
Además, podemos encontrar melocotón blanco de sabor dulce en la región de Aragón y en países asiáticos y melocotón amarillo más típico de otras zonas como Norteamérica, que posee un sabor más ácido. Ambos tipos poseen trazas de color rojizo que le dan un aspecto más apetecible.
Nectarinas
La nectarina es una variante, por mutación del tipo deporte, del melocotonero, que no tiene la piel peluda, pero que, sin embargo, pertenece a la misma especie. No es un injerto de melocotón y ciruela, como se cree popularmente. A menudo, esta variante nace del mismo melocotonero como un brote mutado que se suele injertar para crear una nueva especie de cultivo. Es habitual que los melocotoneros produzcan de vez en cuando alguna nectarina y viceversa. Así como los melocotones, las nectarinas pueden tener la carne blanca o amarilla y adherida al hueso o suelta.
La primera referencia de las nectarinas se remonta al 1616 en Inglaterra, aunque muy probablemente ya habían sido cultivadas muy anteriormente en Asia Central.
Cultivo
Los melocotoneros crecen en una zona bastante restringida, ya que necesitan frío y en las zonas subtropicales no satisfacen esa necesidad, mientras que, al mismo tiempo, son poco resistentes; en verano necesitan temperaturas altas para que la cosecha madure. Algunas de las más importantes regiones productoras de melocotones son: California, Colorado, Georgia dentro de los Estados Unidos de América y regiones de Canadá, algunas zonas de China y los países de la cuenca mediterránea.
La mayoría de los melocotoneros que se venden en los viveros son variedades cultivadas, provenientes de un injerto. Son propensos a contraer una enfermedad llamada enrollamiento de la hoja, que es causada por un hongo (Taphrina deformans), que normalmente no afecta a la fruta directamente, aunque disminuye la cosecha, debido a que provoca una defoliación parcial del árbol. La fruta es muy sensible a la gomosis, enfermedad fúngica causada por la Monilinia fructicola. También existe el Canonja, que es una antigua variedad del melocotón típica de la localidad de La Canonja, que contiene una elevada calidad gustativa.
Plantación
La exposición del melocotonero debe ser a pleno sol y con buena ventilación. Para permitir que el aire frío circule durante las frías noches y mantenga la zona fresca en verano. El mejor momento para plantarlos es a principios de invierno, así las raíces tienen tiempo de asentarse en el terreno y poder alimentar la brotación primaveral.
Riego
Se les debe proporcionar un aporte constante de agua, que hay que incrementar un poco antes de la cosecha. Los frutos con mejor gusto se consiguen cuando los árboles se riegan durante toda la estación. El riego por goteo es el método más adecuado.
Fertilizante
Los melocotoneros necesitan muchos nutrientes: requieren más nitrógeno que la mayoría de los frutales. Podemos aplicar un abono NPK con regularidad y una dosis extra de estiércol en otoño, después de la recolección.
Enfermedades
El melocotonero sufre fácilmente de diversas plagas y enfermedades. Los parásitos animales más importantes son los insectos, los más frecuentes de los cuales son diversos pulgones (áfidos), como el pulgón marrón -Brachycaudus prunicola-, el pulgón negro -Brachycaudus persicae-, el pulgón verde -Myzus persicae- y el pulgón harinoso – Hyalopterus amygdali.
Dentro de las cochinillas (Coccoidea), se encuentra particularmente la cochinilla blanca (Diaspis pentagona), algunos lepidópteros, como la polilla de los borrones y los frutos (Anarsia lineatella), la polilla oriental del melocotón (Cydia molesta) y los barrenadores de la mariposa de la madera. Además, entre los dípteros, ataca los melocotones la mosca mediterránea de la fruta (Ceratitis capitata) y la carcoma del almendro (Scolytus amygdali).
Otros adversidades importantes son los virus de las plantas (por ejemplo, el virus de la sharka) y las afecciones por hongos, los más frecuentes de los cuales son Taphrina deformans, el Corina, la moniliosis, el chancro de las drupàcies, el mal blanco, el mal del plomo parasitario, el marchitamiento del cuello por la Phytophthora spp., y el marchitamiento de las raíces por la Armillaria mellea y Rosellinia necatrix.
Consejos para una buena cosecha
Si se dejan todas las frutas en el árbol, éstas serán pequeñas y sin dulzura ni gusto. Las frutas se deben aclarar cuando hayan alcanzado los 2 cm de diámetro, normalmente dos meses después de la floración. Es importante regarlos en condiciones secas.