Todo lo que debes saber sobre el naranjo
El naranjo (Citrus sinensis) es un árbol frutal de origen oriental que se ha instalado en las zonas mediterráneas tan eficientemente que muchos creen que su origen real son estas tierras. Es originario de China, llevado a occidente por los árabes. Se desarrolla bien en climas suaves y cálidos, y en la Península Ibérica se cultiva sobre todo en Valencia y en zonas de las Tierras del Ebro, donde se suelen regar por inundación unas tres veces al año. No soporta las heladas prolongadas.
Pertenece al género Citrus, que forma parte de la familia de las rutáceas. A este mismo género pertenecen el limón, la lima, la mandarina o el pomelo. Investigaciones genéticas recientes han demostrado que la mayoría de estos frutos son en realidad híbridos producidos a partir del pomelo. Una característica fundamental de esta familia, de la que cumple a la perfección la cáscara de la naranja, es la presencia de bolsas secretoras especiales que liberan fácilmente esencias.
Hay una gran cantidad de variedades diferentes, fundamentalmente por la calidad del fruto y el sabor, que varía del dulce al ácido. La especie Citrus aurantium produce naranjas amargas, utilizadas para la elaboración de algunos licores, mermeladas y confituras. Esta variante es la variedad medicinal.
Descripción
Se trata de un árbol de altura media que no suele superar los 5 metros, aunque en óptimas condiciones de cultivo llega hasta los 13 metros de altura. Tiene una copa con forma cónica bastante grande y densa. A esta copa se le suele dar forma esférica o piramidal, sobre todo cuando el naranjo es utilizado como árbol frutal ornamental.
Su tronco es corto, liso y de color grisáceo. Sus hojas tienen forma ovalada (entre 7 y 10 centímetros) y son perennes de un verde muy vivo e intenso. Sus ramas usualmente tienen grandes pinchos (más de 10 centímetros) .
Necesita una sombra densa y que dure medio día. Se trata de un árbol sensible al frío. Requiere suelos de mediana capacidad, frescas, sin importar su naturaleza.
Flores y fruto
Las flores del naranjo son hermafroditas y pueden aparecer en pequeños racimos o de forma solitaria pero en cualquiera de los casos lo hacen durante la primavera. Las flores se componen de 5 pétalos blancos muy carnosos y con un aroma espectacular.
La fruta del naranjo es la naranja. En este preciso instante es importante diferenciar entre dos tipos de naranjos: el naranjo amargo y el naranjo dulce.
Naranjo amargo
Se utiliza como árbol ornamental o para fines medicinales. También se pueden encontrar confituras elaboradas con naranja amarga pero, a nivel general, suele gustar más la naranja dulce porque la pulpa de esta naranja tan amarga es demasiado amarga para el consumo.
Este árbol es originario de China y fue traído a Europa por los musulmanes durante la Edad Media.
Naranjo dulce
Es más apropiado para utilizarlo en nuestro consumo de naranjas. Las naranjas no tienen un sabor dulce 100% sino que es más bien un sabor agridulce que nos encanta, tanto en forma de zumo como en pieza de fruta.
Ya sea de la especie amarga o de la dulce, la naranja es una baya que está formada por una piel externa rugosa con color anaranjado (Exocarpo). En su parte intermedia tiene una especie de piel blanquecina (mesocarpo) y ya en su interior se encuentra la fruta que comemos subdividida en pequeños gajos (endocarpo).
Cultivo y usos
El cultivo del naranjo es una parte muy importante de la economía de muchos países, como los Estados Unidos (Florida y California), la mayor parte de los países mediterráneos, México, Pakistán, Brasil, China, India, Irán, Egipto, Turquía, y Sudáfrica.
Lo encontramos en regiones de clima templado y húmedo. En España, lo encontramos sobre todo en Valencia, donde disponen de sistemas de riego muy modernos y el cultivo de la fruta es muy importante para la zona. Aunque es un cultivo que necesita regadío, no soporta la excesiva humedad o embalse, lo que llevaría a la pérdida del árbol. Las heladas prolongadas repercuten principalmente en la fruta, tanto en la baja calidad como en su pérdida; las heladas más intensas terminan con el árbol y supone una gran pérdida porque el efecto dura unos seis años, hasta que la nueva plantación comienza a producir.
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