La micropropagación es un método artificial para la multiplicación de plantas en una corta duración, utilizando técnicas de cultivo de tejidos o células en un ambiente controlado. El método se utiliza ampliamente para producir clones, plantas libres de patógenos, producción masiva de plantas, conservación de genes, etc.
Este es un proceso artificial de propagación donde las plantas se producen in vitro por medios asexuales de reproducción o por propagación vegetativa. Este proceso es muy confiable porque las nuevas plantas son genéticamente idénticas a la planta madre. La micropropagación se usa comúnmente para aumentar el número de especies de plantas raras o en peligro de extinción.
Otros beneficios que podemos obtener de esta técnica son: aumentar el número de especies que son difíciles de criar sexualmente (por ejemplo, orquídeas) y aumentar el número de especies de plantas que tienen demanda comercial como los árboles frutales. El procedimiento de micropropagación se usa para tratar necesidades industriales o comerciales a gran escala.
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Pasos para una micropropagación exitosa
Para realizar la reproducción de árboles frutales in vitro, es necesario seguir una serie de pasos básicos que te van a garantizar el éxito de la micropropagación. Los principales son:
- El tejido vegetal específico (típicamente el ápice del brote indiferenciado) se selecciona de una planta madre y se esteriliza.
- La muestra de tejido (llamada explante) se cultiva en un gel de agar nutritivo estéril.
- El explante se trata con hormonas de crecimiento (por ejemplo, auxinas) para estimular el desarrollo de los brotes y las raíces.
- Los brotes en crecimiento se pueden dividir y separar continuamente para formar nuevas muestras (fase de multiplicación).
- Una vez que se desarrollan la raíz y el brote, la planta clonada se puede transferir al suelo.
Métodos de micropropagación
Este proceso artificial de producción de plántulas y árboles frutales implica 5 métodos diferentes: cultivo del meristemo, cultivo de callos, cultivo de suspensión, cultivo de embriones y cultivos de protoplastos, a continuación, veremos en qué consiste cada uno de ellos.
Cultivo del meristemo
En el cultivo de meristemo, los tejidos meristemáticos se utilizan como explante con fines de plantación. Los tejidos meristemáticos son aquellos que pueden dividirse continuamente y producir nuevas células.
En este caso, el tejido de meristemo con algunos primordios foliares se coloca en un medio adecuado para el crecimiento y desarrollo de las plantas. Después de algunas semanas, se produce una plántula de raíces alargadas que cuando alcanza una altura considerable, se transfiere al suelo.
Cultivo de callos
Con este sistema, el tejido vegetal seleccionado se coloca en un medio de cultivo artificial hasta que se forma el callo. Seguidamente, se transfieren a un medio de cultivo que contiene reguladores del crecimiento de las plantas para la inducción de órganos adventicios. Después de unas semanas, una nueva plántula se expone gradualmente a las condiciones ambientales.
Cultivo de suspensión
Este método implica la formación de una suspensión mediante la multiplicación de células individuales o agregados cuando se agita en un medio líquido aireado y estéril. Los dos tipos de cultivo en suspensión incluyen el cultivo por lotes y el cultivo continuo.
Cultivo de embriones
Este procedimiento implica el aislamiento de embriones inmaduros o maduros para ser cultivados en un medio de crecimiento adecuado en condiciones favorables. El embrión cigótico o semilla se utiliza como explante y la presencia de tejido nutritivo, endospermo, asegura el correcto desarrollo de la planta.
Cultivos de protoplastos
En este método, la célula vegetal se aísla y se cultiva en un medio apropiado para reformar la pared celular y el callo. Más tarde, en condiciones adecuadas, la célula desarrolla una pared celular seguida de un aumento en la división celular y la diferenciación celular y se convierte en una nueva planta.