Curuba: todo lo que debes saber

Curuba: todo lo que debes saber

La curuba es una planta tropical que pertenece a la familia de las pasifloráceas. Tiene su origen en los valles andinos de América del Sur. Esta planta fue domesticada durante la época de la conquista española y actualmente se puede encontrar en áreas tropicales y subtropicales de todo el mundo.

La curuba también se conoce con los nombres de taxo, tumbos, parchas o poro poro. Es una planta perenne, lo que significa que puede sobrevivir más de 2 años en estado salvaje. El fruto de la curuba tiene características similares a la fruta de la pasión o maracuyá y su forma es como una banana pequeña.

La planta crece como una enredadera que puede alcanzar de 6 a 7 metros de altura y su fruto es de color amarillo con tonos anaranjados cuando está madura. Contiene una pulpa de color naranja, comestible, suave, de sabor dulce y ácida, con semillas negras en su interior.

Todas las partes de la fruta, excepto la piel, son comestibles y su aroma es muy agradable. La curuba se puede consumir fresca o en forma de jugos, jaleas y mermeladas. También se puede utilizar para la preparación de pasteles, panes y otros postres.

Cómo cultivar la curuba

Esta especie vive en altitudes entre 1.800-3.200m y se ha adaptado bien a altitudes de 1.200-1.800m Puede tolerar breves caídas de temperatura de hasta -2º C. La planta comienza a producir frutos de 2 a 6 años después de la siembra. Cada cepa puede producir de 50 a 300 frutos al año.

Las enredaderas suelen crecer a partir de semillas, que germinan en 10 semanas. El tiempo de germinación se acorta a cinco semanas al remojar las semillas primero en agua tibia. Las plántulas de tres meses trasplantadas al jardín necesitan un enrejado. Las enredaderas alcanzan de 6 a 7 metros de altura.

Plagas y enfermedades

La enfermedad más común que afecta a la Curuba es la presencia de hongos, algunos de ellos son: Fusarium, Colletotrichum y Cladosporium.

Fusarium. Este hongo causa daño en las raíces y marchitamiento de las hojas.

Colletotrichum. Este produce la antracnosis, una enfermedad fúngica que ataca las ramas, hojas y frutos.

Cladosporium. Causa la enfermedad llamada roña o costra que ataca a los frutos y causa su malformación.

Para atacar estos hongos es importante aplicar fungicidas cúpricos cada 15 días y eliminar las partes enfermas de la planta. Es importante considerar las condiciones climáticas ya que esto es clave para el control de este tipo de enfermedades.

Las plagas que pueden atacar a la curuba son principalmente los nematodos, el gusano de la hoja y el áfido chupador de savia. Para su control se deben aplicar insecticidas, ya que su presencia puede causar grandes daños afectando su producción y comercialización.

La deficiencia de boro en la planta provoca el agrietamiento de las frutas. A veces, por razones fisiológicas que aún no se comprenden completamente, del 50 al 60% de los frutos pueden caer prematuramente.

Para mantener la planta saludable hay que regarla cada 15 días y tener un buen plan de fertilización, esto va a permitir obtener frutos de mejor calidad. La poda también es un proceso que se debe realizar a la planta con frecuencia, se debe aplicar: poda de formación, poda de producción, poda sanitaria y poda de renovación.