El cerezo es un árbol frutal que forma parte del género Prunus y pertenece a la familia de las rosáceas.
El árbol es originario de Grecia y fueron los romanos los que lo expandieron al resto de países en los que ahora la cereza o guinda, fruto del cerezo, se consume de manera habitual como cualquier otra fruta.
Existen distintos tipos de cerezos pero en España es tremendamente conocido el cerezo del Valle del Jerte por ser una zona de cultivo de cerezos en calidad y cantidad.
En lo que se refiere a las condiciones climáticas apropiadas para el cerezo, podemos decir que se trata de un árbol flexible que se adapta a diferentes terrenos pertenecientes a zonas de clima templado.
Es un árbol tolerante al frío que aguanta hasta los -20ºC pero las flores se pueden dañar a partir de los -2ºC.
En cualquier caso, el cerezo tiene una floración tardía que permite su supervivencia a heladas primaverales tardías, esas a las que son tan sensibles la mayoría de árboles frutales, sobre todo los que tienen una floración temprana.
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Descripción
El cerezo es un árbol de hoja caduca que puede llegar a alcanzar los 25 metros de altura y 0,60 metros de diámetro. La corteza de su tronco es lisa y de un marrón oscuro con tonos rojizos muy característico. El tronco es derecho y la copa bastante estrecha, sobre todo en medio forestal. Las ramas están agrupadas en coronas anuales.
En la juventud, la corteza es de color gris rojizo brillante, lisa con abundantes lenticelas blanquecinas. Más tarde se forman bandas horizontales, y después placas, que se agrietan. No obstante, puede que la corteza se mantenga lisa durante mucho tiempo.
Sus hojas son más o menos ovaladas y alcanzan los 12 cm de longitud, siendo su borde del tipo aserrado irregular con una o dos glándulas rojas en el extremo del peciolo. Cuando caen en otoño, su color se torna anaranjado y dejan paisajes espectaculares, sin embargo, en condiciones desfavorables esto ocurre durante el verano.
Las flores son blancas, con cinco pétalos, hermafroditas, agrupadas en corimbos, de fecundación cruzada por insectos (abejas). La floración se produce en el mes de abril / mayo, antes de la aparición de las hojas. Los frutos, las cerezas, se desarrollan pasados dos meses, y son de tipo drupa.
El arraigo depende de las características del suelo. En terrenos profundos forma un sistema potente, contrariamente a lo que ocurre en terrenos someros, con evidente peligro de arrebatamiento por viento.
Flores y fruto del Cerezo
La floración del cerezo surge en pequeños corimbos de varias flores que no se corresponde ni con floración solitaria ni con racimos. Las flores son blancas con 5 pétalos y aparecen antes o a la vez que las hojas.
Las semillas del cerezo se diseminan por los pájaros, que se alimentan de los frutos, las cerezas, aunque el sistema es poco eficaz debido a las numerosas dificultades y enemigos a vencer: insectos parásitos de las semillas, destrucción de los plantones para mamíferos (particularmente cérvidos y conejos), requerimientos de luz para desarrollarse, etc.
El cerezo rebrota muy bien de cepa tras cortado ya que tiene la capacidad de brotar de raíz. Las rebrote más fuertes se producen después de una cortada. En estas circunstancias, además, las jóvenes plantas probablemente disfrutarán de la iluminación necesaria para crecer. Este sistema de regeneración es lo que provoca que muchas veces los cerezos se encuentren en pequeños rodales dentro de los bosques. Es la forma de reproducción que tiene más probabilidades de éxito por el cerezo, pues los brotes tienen mucha vitalidad debido a disfrutar de un sistema radical ya muy potente.
Existen diferentes variedades de cereza. En España, normalmente, conocemos las típicas cerezas o guindas del ramillete pero también son muy comunes las picotas.
Como curiosidad diremos que las cerezas son uno de los pocos frutos que no se desarrolla ni madura una vez recolectados, fuera del árbol.
Conoce mejor el cerezo
El cerezo vive cerca los cien años. Es una especie europea y de Asia Occidental, y se puede encontrar como especie forestal espontánea desde el sur de Escandinavia hasta el Mediterráneo, incluidas las islas Británicas. En la Península Ibérica se encuentra en los Pirineos y Prepirineo y el sur, llegando al Norte de África.
Es muy resistente al frío invernal, sin embargo prospera mejor en áreas de fríos limitados. Así en Francia alcanza los 1.700 m de altitud, aunque su óptimo se encuentra por debajo de los 800 m.
No requiere grandes cantidades de agua, aunque no le gustando los extremos. No soporta los terrenos saturados de agua durante mucho tiempo ni tampoco las sequías estivales fuertes.
Durante los primeros años vive mejor con protección de la luz excesiva, o incluso admite la cubierta, sin embargo pronto quiere recibir iluminación directa a su copa y no soporta estar dominado. Por el contrario, es mejor que los troncos estén protegidos de la acción directa del sol.
El viento no le es un peligro particular, excepto si tiene las raíces poco profundas. Las tormentas de nieve húmeda que se pega a las ramas puede causar la rotura de copas.
No le gustan los suelos asfixiantes, con demasiada agua o muy compactos, pues requiere aireación. Le gustan los suelos húmedos.
Producción de fruta
Es un árbol muy resistente al frío y bastante a la sequía que, injertado sobre la especie Prunus mahaleb, también puede cultivarse en tierras calcáreas. La floración de finales de marzo a principios de abril permite normalmente escapar del peligro de las heladas.
Las variedades utilizadas actualmente ( «Burlat», «Napoleón», «Van», «Ambrunesa o Picota», etc.) son de origen francés o americano con cerezas más grandes y dulces que los tipos antiguos. Muy recientemente se han introducido variedades autocompatibles ( «Summit», «Sunburst», «Stella», etc.) que por lo tanto no necesitan polinizadores de otro tipo para dar fruto.
Las enfermedades más frecuentes del cerezo son la gomosis (emisión de goma producida por causas fisiológicas o consecuencia del ataque de insectos) y la podredumbre de raíces motivada por hongos del suelo. En Europa, una de las plagas principales es la mosca de la cereza (Rhagoletis cerasi) que daña los frutos.
Cultura japonesa
La variante japonesa bajo la que se celebra la llegada de la primavera es el Prunus serrulata, también llamados Cerezo de Japón, extensamente cultivado por toda Asia para usos ornamentales, aunque su fruto también es comestible. En japonés, este tipo de cerezo llama Sakura. Los especialistas en botánica realizan predicciones para tratar de adivinar el día exacto que caerán los pétalos de Sakura cada una de las regiones. Justo cuando caen los pétalos, la gente se reúne a bajo y celebra la llegada del buen tiempo.
Por la belleza y delicadeza de las flores, el cerezo se asocia con los caballeros aparte de con el buen tiempo.